Recuerdos Privado

El mes pasado finalmente había tomado la decisión de mudarse por centésima vez, tras haber tomado las medidas convenientes y elegir el lugar más apartado a su antigua ciudad termino por mudarse esa misma semana y de conseguir trabajo en el hospital tan solo dos días después de su llegado.

Jamás le había molestado no tomar las cosas como lo hacían los humanos, su concepto de moral variaba en cuanto a tonalidad y giraba tan rápido como un reguilete, que más daba tapar un par de cosas para seguir escondido de las miradas indeseables.

Como todas las noches desde que había llegado comería solo, habiendo terminado su turno en el hospital salio a comprar lo que seria la comida. Algo de pasta y una buena ensalada estarían bien y por que no también un poco de vino.

Se metió en el centro comercial empujando lentamente su carrito de compras, solo le faltaba tomar un par de verduras cuando su mano choco con la de una linda chica. La miro y le sonrío con aquella sonrisa contagiosa que poseía.

-Tiene buenos gustos señorita- hablo tranquilamente riendo por lo bajo señalando la botella de vino, la ultima de la estanteria. Sus ojos se encontraron con los de ella frunció levemente el entrecejo al notar un aroma familiar rodeándola sin recordar del todo de donde era o a quien pertenecía- Tenemos un pequeño problema por lo visto.

En la mansión hacian falta unas cuantas cosas por lo que se dirigió al supermercado del área comercial cercano... No hacian falta muchas cosas puesto que hacia poco habia comprado casi todo, pero le hacia bien salir, no le gustaba estar tanto tiempo encerrada y por lo visto los pocos que habían llegado ya a la mansión se encontraban en ese momento ya descansando.

Se paseaba entre los pasillos con un carrito absolutamente vacío, hasta que entró en una seccion de vinos, bien... No aparentaba la edad suficiente para beber cualquier licor, pero con su hermano había aprendido a tomarlo, ya que siempre le prevenía que algún día un hombre intentaría aprovecharse de ella emborrachandola o algo parecido, y sin embargo no tenía la suficiente tolerancia.. Pero esa noche le apetecía uno de esos vinos que tomaba su hermano, solo esperaba que aún vendieran de esos en esas fechas...

Miraba entre los vinos con cautela para ver si encontraba alguno, de repente desde algo lejos reconoció la vieja etiqueta y se acercó con la misma tranquilidad que había caminado todo el rato por el lugar. En cuanto estuvo cerca dejó el carrito y se cercó para tomaro, pero en ese instante tropezó su mano un una masculina ya encima de la de la suya, y para más remate era esa la última botella de ese vino.

Eh... Gracias, supongo. Dijo sin saber que más decir y enseguida levantó la mirada hacia él, observando con detenimiento sus ojos verdes... Era muy guapo debía admitir, pero conocía muchos jónes también muy guapos, Leonard por ejemplo... Eso, creo... Por lo visto solo queda una botella... Respondió tranquilamente, pero entonces se le vino el pensamiento de que sería algo... Aburrido, tomar una copa estando sola, así que propuso:... ¿Qué le parece si compartimos la botella? No estoy de ánimo para beber sola en este momento. Quizás pensaría que era una loquita de la calle, por hacer semejante propuesta, pero se de verdad no le apetecía estar sola, ya lo había hecho durante mucho tiempo, ahora que comenzaba a haber gente en la mansión quería sentirse al menos aompañada, además... Sentía la presencia de aquel hombre, y estaba más que segura que no era exactamente lo que podría llamarse malo.

La miro con una sonrisa en los ojos no muy seguro de haberle escuchado bien ¿Tendría si quiera la edad suficiente como para tomar? Lo dudaba era todavía una niña. Una pequeña risita se coló para sus adentros cualquier humano a su lado parecería un niño de preescolar.

Se paso la mano por los cabellos echándolos hacia atrás para después levantar los hombros en señal de indiferencia sin haber dejado de mirarla en ese lapso. Este intrigado pero el solo hecho de que fuese una trampa o peor aun que le tacharan por tener esa clase de gustos cuando apenas acababa de llegar a ese lugar seria el colmo.

-Señorita no soy muy propio a aceptar invitaciones digamos- guiñándole un ojo- problemáticas

Además donde lo tomarían en un banco fuera del supermercado o en el parque tras haber comprado un par de copas en la misma tienda. Definitivamente no, negó suavemente con la cabeza haciendo que sus cabellos se mecieran de forma sensual con tal movimiento, no quería perder todo el trabajo que había invertido en los últimos meses por un desliz cualquiera.

-Me temo que tendré que negarme tanto por su seguridad como por la mía, pero si lo que le apetece es beber algo en compañía bien podríamos ir a un lugar publico- recordaba que no muy lejos de ese lugar había visto un pequeño bar, si se encontraban rodeados de más personas, en un lugar publico y seguro no habría ningún problema- Podemos si gusta llevar la botella. Beber algo y hasta comer en el bar que esta aquí junto por lo visto es un buen lugar ¿Le apetece?... una cosa más no me he presentado mi nombre es Mattew

Al parecer Mattew se había tomado las cosas por un lado al que quizás Michelle no quería llegar. Aunque quizás él hubiese mal interpretado la situación, aunque dado a la pregunta hecha no era raro... Aunque lo que dijo luego de su seguridad y la mía me hizo reír un poco, al menos por dentro... ¿Qué clase de peligro podría sugerirle a un ángel una "simple humana"? Porque eso es lo que seguro él había pensado de ella... Ahora se alegraba que nadie se diera cuenta de sus colmillos...

Queriéndose reír, pero evitando hacerlo, aunque con una ligera mueca en los labios, respondió tranquilamente: De acuerdo, como usted guste, Mattew... Sin quitar en ningún momento la mirada de los ojos masculinos frente a ella, tomó la botella dado el hecho que él había quitado la mano para pasarla hacía un momento por su cabello. Es un gusto conocerle, por cierto... Y mi nombre es Michelle, pero... Perdone mi ignorancia, pero no entiendo ¿por qué sería un problema? O... ¿Por el bien de su seguridad y la mía? En ese momento casi se deja llevar y se echa a reír, pero pudo contenerse.

Comenzó a caminar siguiendo por el pasillo con Mattew aún a su lado. Miró un momento al carrito de su acompañante y se dijó que si llevaba algunas cosas. ¿Ha terminado con sus compras o le acompaño a buscar lo que le hace falta? Aceptando de manera tácita la invitación a ir a un lugar público pero sin saber si dirigirse a la caja para pagar el vino y las cosas que él llevaba, o seguir andando los demás pasillos, aunque ciertamente aún esperaba respuesta a las preguntas hechas con anterioridad, en verdad le causaba mucha curiosidad.

La miro desaprobatoriamente frunciendo claramente el seño, sus verdes orbes se mantuvieron conectadas con las de ella- Cuando a uno le dan el nombre de la otra persona y lo ocupa regularmente se deja de lado el “usted” suena raro viniendo de una chica tan joven ¿Es acaso que me veo muy viejo?

Dios eso había sonado tan raro incluso para él, no es que extrañase ser el joven vivaracho que solía ser pero tampoco podía considerarse una reliquia que se ha caducado tanto en pensamiento como en gustos, solo tenia un poco más de una centena de años ¿No era mucho, cierto?

-En cuanto a tu pregunta, la vida me ha enseñado a ser precavido con las relaciones que tengo en especial si se tratan de jóvenes de arrebatadora belleza como tú Michelle- Sonrío de lado de forma juguetona agregándole a su tono de voz un toque divertido y otro lleno de coquetería- Acabo de conseguir un trabajo en el hospital y normalmente en las comunidades cerradas en sumamente fácil malinterpretar las cosas- Y vaya que conocía de comunidades cerradas llenas de perjuicios miles de insinuaciones que terminaban acosándote hasta el punto tal de volverse por demás estresantes- Si me pusiera a tomar contigo en un lugar publico podrían insinuar que me aprovecho de un inocencia.

Afirmo suavemente con la cabeza a su segunda pregunta, realmente no necesitaba mucho solo lo indispensable. Empujo el carrito hacia las cajas acompañado de la joven, en las cajas tomo unos paquetes de goma de mascar y dos revistas. Llevo todas las bolsas al coche de alquiler negándose a que Michelle le ayudara, las coloco en el porta equipaje mirando satisfecho a la chica por el buen trabajo.

-Bien, nos vamos?- pregunto naturalmente antes de echar a andar, haciendo un débil ademán y torciendo ligeramente el cuerpo para llamarla pidiéndole que le siguiera. Minutos más tarde ya estaban sentados en la mesa con las cartas sobre la mesa, con las manos descansando sobre su regazo- Bien, acordamos que comeríamos algo, no es bueno beber con el estomago vacío pero antes de todo cuéntame ¿Cómo es que conoces de vinos? Y ¿a que te dedicas?

Perdone, pero no estoy acostumbrada a tratar con esa confianza a quien acabo de conocer, mucho menos a alguien que toma tan en cuenta los que las personas de su comunidad piensan, ya que podría ser mal interpretado el hecho de que yo le llame por su nombre, ¿No cree? Preguntó siendo un poco sarcástica, la verdad es que la chica en particular no le prestaba demasiada atención a las habladurías, siendo más joven había aprendido que no debía prestarle demasiada ateción a lo que decían las habladurías, sin embargo el comntario del joven sobre su belleza la hizo ruorizar un poco.

Le siguió tranquilamente hasta el lugar que él había predispuesto para comer y beber algo. Y mientras leía la carta Mattew realizó una pregunta a la que Michelle en un principio no supo que contestar, pero simuló seguridad mientras siguió leyendo la carta un par de segundos para al final responder. Bueno Mattew, conozco de vinos gracias a mi hermano, ya que a él no le gustaba ningún tipo de bebidas alcoholicas, solo los vinos, entonces él me enseñó como identificar cuando un vino es de buena calidad, como se debe tomar la copa e incluso la botella al servir. Respondió sinceramente, no queriendo dar demasiados detalles de su vida privada de momento, el joven se notaba buena persona, pero no le inspiraba la misma confianza que Leonard, aún cuando a él no había podido descifrarle la raza y a Mattew sí.

Echó un último vistazo a la carta decidiendo que pediría, para luego responder a la última pregunta que había hecho el joven frente a ella. ¿A qué me dedico? Repitió pensativa y respondió con total calma. Me dedico a terminar la preparatoria "Como por decima vez" y a atender una mansión que se encuentra abierta a los huéspedes, aunque es un lugar bastante peculiar pero a mi parecer tiene algo encantador... Aunque bueno, de nada sirve que yo lo piense, si es mi casa obviamente me parecería un lugar bastante apropiado ¿No es así? Completó finalmente sonriendo por primera vez en la noche al joven médico.

Vio a lo lejos acercarse a un mesonero y preguntó. ¿Deseas ordenar ya o tenías otros planes de acuerdo a la comida? Luego simplemente le observe un poco, decidiendo que debido a que el joven Mattew parecia darle importancia a lo que pensaban los demás debía dejar cierto punto en clara de una vez. Por cierto Mattew, la cuenta aquí la pagaremos 50 y 50, y por si planea negarse, le advierto que no aceptaré un no como respuesta. Michelle en ese momento se sentía extrañamente cómoda, y a pesar de no mirar directamentea su joven acompañante le estaba analizando en su mente, parecía un joven muy moderno y, contrario de Leonar, no parecía haber sufrido demasiado en su vida como humano, al parecer simplemente disfrutaba de su vida y su profesión, hacía caso de la sociedad y demás, quizás se equivocaba, quizás no, pero esa era la impresión que ella tenía. ¿Y usted es doctor no es así? Preguntó debido a un anterior comentario que había hecho sobre el que había conseguido un empleo en el hospital de la ciudad y no hizo más que ahora esperar respuestas.